domingo, 29 de junio de 2008

El Salmo 23

Es un texto hermoso y poético, que nos habla de la ternura de Dios y de los sentimientos que experimenta quien se encuentra con Él: alegría, paz, seguridad, confianza, plenitud de vida.

El Salmo desarrolla dos imágenes distintas:
La primera parte, la del pastor que cuida de sus ovejas (versículos 1-4)
La segunda, la del señor de la casa que acoge a un huésped (versículos 5-6).

Los símbolos que desarrolla son universales: el camino, el agua, la oscuridad de la noche, el banquete, los perfumes y pueden interpelar por igual a los hombres de antiguas culturas como a nosotros hoy.

Jehová es mi Pastor
El título de “pastor” es utilizado para nombrar a los reyes y guías del pueblo en el Oriente antiguo, así como en Grecia y en otros pueblos. La Biblia lo utiliza varias veces para hablar de Dios,

Nada me faltará
Tanto en Israel como en todo el Medio Oriente no abundan ni el agua ni los pastos. Pasar hambre y sed es una experiencia ordinaria cuando se atraviesan los amplios espacios desérticos. En este contexto se comprende lo grande que es poder hablar de abundancia, afirmar que no se carece de nada.
Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.

En lugares de delicados pastos me hará descansar
Conseguir hierba en el desierto es ya suficiente para sobrevivir, pero si además, la hierba es fresca, el hallazgo se convierte en una fiesta. Después de un camino árido y polvoriento, la sola vista de un prado invita al descanso.

Junto a aguas de reposo me pastoreará
El agua no sólo quita la sed, también limpia del polvo del camino y refresca. El mismo sonido de la fuente relaja y hace olvidar las fatigas. Pero las fuentes son lugares peligrosos para los rebaños. Tanto los lobos como los salteadores saben que allí acuden a beber y se esconden esperando a sus presas.
Las fuentes a las que nos conduce nuestro pastor son tranquilas, seguras.

Confortará mi alma
Después del cansancio del camino, el alimento, la bebida y el descanso nos hacen tomar fuerzas para poder seguir caminando. Dice: repara mi aliento, mi alma, me da vigor y me da la vida también.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?.........

Me guiará por sendas de justicia
La experiencia de caminar acompaña a todo hombre. Nos desplazamos de un sitio a otro y toda nuestra vida es un camino. A veces equivocamos la senda, porque, el cantar popular dice: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. El pastor adapta su paso a la necesidad de las ovejas, va en busca de un lugar bueno para ellas. Él nos lleva al mejor lugar, que nosotros solos no podríamos encontrar las fuentes tranquilas, el agua que produce paz y calma la sed más profunda del que la bebe
Él nos guía sabiamente y nos lleva por sendas justas
Somos forasteros en esta tierra, Él nos guía, nos enseña el camino y sus mandamientos

Por amor de su Nombre
El pastor que cumple bien su trabajo, que cuida de su rebaño, lo alimenta, lo protege y lo guía por los caminos acertados, hace honor a su nombre.
Él es el Buen Pastor que conoce a sus ovejas y cada una de ellas es importante para Él.

Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno
El pastor nos da tanta seguridad, que hasta podríamos atravesar con Él el valle tenebroso. La oscuridad del valle da miedo por los peligros que puede esconder, porque no se ve el camino, por la semejanza entre las tinieblas y la muerte. La muerte es evocada por la oscuridad del valle y por la palabra con la que se habla de esta oscuridad.

Porque Tú estás conmigo
Hemos llegado al centro del salmo y a su momento más intenso. La verdadera razón de que yo me sienta seguro, de que no tenga miedo, de que me atreva a pasar el valle de la oscuridad y de la muerte es que “Él está conmigo”. Los prados frescos, el agua abundante, la protección frente a los enemigos todo es bueno, pero saber que Él camina a nuestro lado es lo más importante.
Si te tengo a Ti, ya no necesito nada de la tierra

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento
Palestina es una tierra cálida. Los viajes con el ganado se hacen temprano, antes de que caliente el sol, o al atardecer, cuando se oculta. Las ovejas no tienen miedo de extraviarse en la oscuridad, porque se siguen unas a otras y a lo largo del camino oyen el sonido de la vara del pastor que camina con ellas. El cayado, arma con la que defendía a las ovejas de las alimañas, es al mismo tiempo el signo tierno de la presencia del pastor junto al rebaño, que toca con su punta los lomos de la oveja que se desvía para reconducirla al redil y con el ruido que hace al apoyarlo en el suelo, guía su caminar. Con el sonido del bastón de Dios en nuestras vidas, no tenemos miedo ni de la muerte. La imagen hace también referencia al bastón de mando, al cetro de Dios, con el que gobierna todas las cosas para el bien de su pueblo.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores
Podemos reconstruir la escena: un hombre huye de su enemigo. Casi imposible salvarse. Improvisadamente, encuentra a alguien que lo acoge en su tienda. En la antigüedad la ley de la hospitalidad era sagrada. Cuando alguien es acogido, invitado a comer, se convierte en intocable. Los enemigos no se pueden acercar a él.
El Señor hace justicia al huérfano, a la viuda y ama al emigrante suministrándole pan y vestido.... No olvidéis la hospitalidad, pues gracias a ella algunos hospedaron, sin saberlo, a ángeles.

Unges mi cabeza con aceite
El ungir a un huésped era la mayor manifestación de veneración que se podía tener con él. El aceite enriquecido de esencias perfumadas da frescor, suaviza la piel. Es éste un gesto de extremo afecto y consideración para el que llega cansado por el calor del desierto y las penalidades de la huida.
Una mujer tuvo este gesto con Jesús y Él lo agradeció a pesar de la incomprensión de los discípulos, llegando a afirmar que ella sería recordada en todos los lugares donde se predique el Evangelio.

Mi copa está rebosando
La copa que rebosa es, igualmente, signo de la generosidad con que el huésped es acogido. No recibe sólo lo necesario. Hay algo de superfluo, de añadido, de generosidad total, en los actos de Dios. Esto sucede cuando los israelitas salen de Egipto.
Dios no sólo les da la libertad. Les enriquece también con los bienes y el oro de los egipcios.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
Ésta es la imagen más extraña para nosotros. Es como si el señor que me ha acogido en su tienda y me ha defendido de mis enemigos, me pusiera ahora dos guardaespaldas que me acompañen de regreso a mi casa. Aquí, los dos acompañantes son una personificación del Amor y la Bondad de Dios, aunque a nosotros pueda resultarnos rara la personificación de cualidades divinas, en la Biblia es bastante común
La Salvación está cerca de los que le honran y la Justicia habitará en nuestra tierra.

Todos los días de mi vida
No hablamos de un acompañamiento pasajero, sino de la certeza de una protección continua,
Las dos partes del salmo (el pastor que cuida de las ovejas y el señor de la casa que acoge un huésped bajo su techo) comienzan con una situación de descanso y terminan con los protagonistas en actitud de caminar. Las ovejas comen, beben y sestean en las fuentes. Después emprenden la marcha, guiadas por el pastor. El que huía encuentra la salvación en la tienda del señor que lo acoge. Allí sacia su hambre y su sed, se perfuma y posteriormente, emprende la marcha custodiado por dos escoltas. Las dos partes del salmo parecen insinuar que nuestra vida es un continuo andar de la mano del Señor. Cuando lo necesitamos, Él nos ofrece momentos de descanso para restaurar nuestras fuerzas. Cuando nos hemos recuperado, hay que volver a caminar.

Y en la casa de Jehová moraré por largos días
Después de hablar de descansos pasajeros y de caminos largos, se evoca el reposo definitivo en la casa del Señor, la entrada en el “Sabat” último y eterno, en la Nueva Jerusalén
Esta es la Morada de Dios con los hombres. Habitará entre ellos.... Enjugará las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor.
Por lo tanto, después que el Señor liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto, lo guió por el desierto, como un pastor conduce a su rebaño.
El significado último del salmo sólo lo podemos entender a la luz del Nuevo Testamento: Jesús es la persona que confía en Dios y camina por sus sendas, aún en medio de las dificultades, hasta entregarse en la cruz. Jesús ahora prepara para nosotros el banquete de su Cuerpo y de su Sangre, verdadero alimento de inmortalidad. Su amor es tan grande, que llega a dar la vida por sus ovejas. Con él podemos atravesar sin miedo el valle de la muerte, porque Él es la Resurrección y la Vida, Luz que brilla en las tinieblas, Roca que se abre en el desierto para calmar la sed, Maná que nos alimenta, verdadero Pastor y Rey, que “Nos apacienta y nos conduce a fuentes de aguas vivas” y que nos permite habitar en su casa “Por años sin término”.

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