domingo, 30 de diciembre de 2007

Seguimos Sembrando

Quizás podríamos decir que estamos ante una reminiscencia de Siembra III, El Perdón es algo que debemos cultivar en nuestra vida, antes que sea demasiado tarde!!!

Una mañana Juan recibió una llamada de su mama, en la cual le decía:
Yo también sentí lo mismo que tu anoche, te espero dentro de una hora en el parque, junto al pequeño muelle del lago. Juan puso el teléfono en su lugar y su impresión fue un poco aterradora, ya que un día antes había soñado a su mama, con la cual había quedado en malos términos y por rencores y orgullos ambos perdieron la comunicación de madre e hijo.

Juan tomó una ducha, se arregló y muy pensativo pensó en decirles a sus amigos que le habían llamado, pero prefirió dejarlo en privacidad, total, era el momento que ambos volvieran a cruzar palabras, el orgullo no debe ser eterno, ni mucho menos un castigo en juicio. Juan se dirigió al parque, se acerco al pequeño muelle y se sentó, observando y pensando que iba a pasar, que le diría su mama, ¿de que iban a hablar?

Miraba a la gente pasar y entre esa gente la alcanzó a observar, que se acercaba a él de forma misteriosa, pero lo más extraño es que ella vestía totalmente diferente! No llevaba sus ropas frecuentes, al contrario, llevaba un vestido blanco y unos zapatos impecablemente limpios del mismo color, y su rostro lucía tan hermoso, era como si destellara rayos de luz, el intentó decirle hola pero ella le dijo; caminemos...

Hijo, he sabido que has estado triste y que has tenido muchos problemas, ¿no es así Juan?

Te he soñado llorando, te he escuchado gritar afuera de mi casa y no me acercaba a ti, debido a las circunstancias, yo sé que tu no querías saber nada de mi y no te culpo, no vengo a discutir, no vengo a pedirte perdón, solo he venido a decirte que aunque las cosas no se arreglaron en su momento debido, creo yo que nunca es tarde, esperé a que tú me llamaras, para poder platicar pero eso no sucedió, el esperarte, el pensar en ti, borró mi apetito, se robó mis días de sol y me fue tumbando poco a poco, sin embargo guardé fe, y dije él llamará, más no lo hiciste, no te culpo pero si te comprendo, sé lo que sentiste anoche, sé lo que te paso, yo también lo sentía en ese momento, pero con mucho mas dolor, grité tu nombre mil veces y grité mil veces perdón, que lástima que no me hayas escuchado, que lástima que no me hayas llamado, Juan, nunca es tarde para perdonar y si te pedí que vinieras al parque fue para entregarte esto.

Su mama le entregó en sus manos una cruz, la cual era símbolo del amor por su hijo.

Esta cruz es mi cuerpo, esta cruz es quien soy, te amo y quiero que la conserves contigo por el resto de tu vida, él se quedó sin palabras y con los ojos un tanto llorosos. La gente lo empezaba a ver a él y lo señalaban... Incluso un señor le preguntó que si se encontraba bien, y respondió; ¿si por qué?, lo veo caminar y lo veo llorar, le sucede algo... no me sucede nada, simplemente estoy conversando con mi mama, el señor se retiró algo extrañado del lugar.

Juan acompañó hasta su casa a su mama, ella le pidió que por favor la esperara afuera y el accedió, de hecho nunca lo hacia esperar en el patio, se quedó 10 minutos esperando y se preocupó al saber que no regresaba, de repente escuchó voces y vio salir de la puerta de su casa a los amigos de ella, todos con cara triste y ojos llorosos, lo abrazaron y le dijeron, se nos fue, Juan, se nos fue, Juan empezó a sentir su cuerpo tembloroso y corrió hacia la recámara, en ella se encontraba la hermana, junto con el cadáver de su mama, el cual reflejaba una tristeza inmensa. Juan con llanto y un nudo en la garganta le pregunto a su hermana, ¿que sucedió? ¿Dime que sucedió?, dice el doctor que murió de tristeza, ella dejó de comer, dejó de reír, no sabemos si el desamor la alejó de todo, no sabemos si el sentimiento de culpa la hizo infeliz, la hermana le entregó una carta a Juan y decía así:

Hijo mió, yo también sentí lo mismo que tu, el aire empieza a faltarme, Intento gritarle a tu hermana y no puedo, luces blancas iluminan mi recamara y a la vez siento un fuerte dolor de cabeza, Juan, gracias por haber ido al lago, gracias por estar aquí. Aunque en vida no me pudiste perdonar, sé que ahora lo harás frente a mí.

Juan miró el cadáver de su madre y solo dijo: perdóname tú a mí mama.

"En el amor, en la amistad, en la familia, no tiene porque cegarnos el rencor, no tiene porque matarnos la Ira, todos somos seres humanos y lastimamos de igual manera. Aprende a perdonar a cada una de esas personas que te lastimaron y tú también aprende a pedir perdón, no dejes que mañana sea demasiado tarde, no esperes a que te llegue una invitación, y no esperes a pedir perdón al cielo, al cuerpo en vuelo, mejor corre y abraza esa persona, mírense a los ojos y sientan lo bello que es vivir"

Anda ve, tu mama te esta esperando, en cada día de su existencia.

domingo, 23 de diciembre de 2007

La Navidad no es un cuento

Alguien me acercó un cuento de Navidad que leyó en alguna parte.

Lo contaré a continuación porque realiza un hermoso viaje al corazón de Jesús Niño.
Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta.

Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.
- Acércate- le dijo Jesús- ¿Por qué tienes miedo?
- No me atrevo... no tengo nada para darte.
- Me gustaría que me des un regalo – dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
- De verdad no tengo nada... nada es mío, si tuviera algo, algo mío, te lo daría... mira.
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.
- Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy...
- No - contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.
- Con gusto – dijo el muchacho- pero... ¿qué?
- Ofréceme el último de tus dibujos. El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
- No puedo... mi dibujo es horrible... ¡nadie quiere mirarlo... !
- Justamente, por eso lo quiero... siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.
- Pero... ¡lo rompí esta mañana! – tartamudeó el chico.
- Por eso lo quiero... Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo...
Y ahora –insistió Jesús- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron como habías roto el plato.
El rostro del muchacho se ensombreció, bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:
- Les mentí... Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto... ¡estaba enojado y lo tiré con rabia!
- Eso es lo que quería oírte decir –dijo Jesús- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías, tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas... No tienes necesidad de guardarlas... Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa.

De Jesús para ti

lunes, 17 de diciembre de 2007

Carta de Jesús

Quisiera realizar una reflexión sobre las próximas fiestas navideñas donde recordamos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, independientemente que muchas personas puedan manifestar síntomas de alegría también es cierto que muchos pueden sentirse melancólicos y nostálgicos por que algún familiar ya no está o por cualquier otra razón.

Ahora bien, el motivo de estas líneas es abordar el tema del “agasajo” para el “homenajeado”, es decir el motivo de las fiestas es precisamente festejar el cumpleaños (aunque no sepamos la fecha exacta) de Jesús, pues debemos tratar de ponernos siempre en los zapatos de los demás para ver como se siente desde el otro ángulo, los invito a ponerse en el lugar del “homenajeado” por un instante y lean con atención la presente misiva:

Carta de Jesús

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue!

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?

Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡ho, ho, ho!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos lo felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacerme regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A ti no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!".

Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!" (Mt 25:34-40).

Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatos, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias

Tu amigo Jesús

sábado, 15 de diciembre de 2007

Diferencias entre Papá Noel y Jesús

Mientras que Papa Noel vive en el Polo Norte…
Jesús está en todo lugar.

Mientras que Papa Noel anda en un trineo…
Jesús anda en el viento y sobre las aguas.

Mientras que Papa Noel viene solo una vez al año…
Jesús siempre esta presente.

Mientras que Papa Noel llena nuestras medias con regalos…
Jesús suple todas nuestras necesidades.

Mientras que Papa Noel desciende por la chimenea sin ser invitado…
Jesús golpea a la puerta y entra en nuestro corazón.

Mientras que para ver a Papa Noel uno tiene que hacer cola…
Jesús esta siempre a nuestro alcance cuando mencionamos su nombre.

Mientras que Papa Noel nos deja sentarnos en sus rodillas…
Jesús nos deja descansar en sus brazos.

Mientras que Papa Noel no sabe nuestro nombre, todo lo que puede hacer es decir: “Hola pequeño, ¿Cómo te llamas?
Jesús sabe nuestro nombre antes que nosotros lo sepamos; El no solo sabe nuestro nombre;El conoce la historia de nuestra vida y nuestro futuro; Conoce nuestros corazones y hasta sabe el número exacto de cabellos en nuestras cabezas.

Mientras que Papa Noel tiene una barriga inmensa…
Jesús tiene un Corazón lleno de Amor, Gracia, Misericordia y Perdón.

Mientras que Papa Noel solo puede ofrecer es un “Ho, Ho, Ho”…
Jesús dice, “Permíteme resolver tus problemas.” El nos da vida nueva, consuela nuestros corazones y construye esperanzas.

Mientras que Papa Noel puede darnos una alegría mas…
Jesús nos llena de alegría con Su fuerza y Su Poder.

Mientras que Papa Noel coloca regalos bajo el árbol…
Jesús se hizo regalo y murió en el madero por todos nosotros, para darnos vida y vida en abundancia.

domingo, 9 de diciembre de 2007

La Oración

Muchas personas (creyentes o no) pueden preguntarse y de hecho se preguntan, ¿para qué es necesario orar?
Si ya Dios lo dispuso de tal o cual manera, Él ya sabe lo que va a pasar, Él conoce nuestro destino, cual es nuestro principio y nuestro fin, etc, etc, etc,.
Pues bien, el pensar de esta manera estaría dando por tierra con lo que Dios puso en nuestras manos con respecto al “Libre Albedrío”, el mismo con que cada persona es creada por nuestro Dios Todopoderoso.

Tomemos un ejemplo:

Un señor que le encanta la música, y dentro de ella es un apasionado por el violín,

Cuenta con los medios para adquirir todo lo referido a su pasión, es decir , un Violín de la mejor marca, un equipo de radio muy potente, las partituras de la totalidad de la música clásica que es de su agrado, etc.

Ahora bien, cuando llega la hora que en la emisora pasan la música que lo apasiona, el señor hace lo siguiente:

- Clava el dial de la radio en la emisora elegida,
- Pone su atril delante de él y las partituras en el mismo.
- Baja las luces para dar un fondo tenue al salón,
- Toma el violín y comienza a tocar la misma música que pasan por la emisora,

Hasta aquí todo bien, siempre y cuando el señor toque la 9na sinfonía de Beethoven cuando en la emisora también la estén tocando, “esto quiere decir que hay sintonía entre lo planeado por Dios para nosotros y lo que nosotros hacemos”.

Pero puede suceder que cuando comencemos a tocar nos vayamos de tono, se rompa una cuerda, no demos con el acorde justo, y tantas otras cosas más. En este caso no habrá armonía entre lo planeado por Dios para nosotros (o sea la música ordenada de antemano), con lo que nosotros estamos haciendo y por supuesto que la música de la emisora seguirá tocando armoniosamente sin detenerse, de la misma manera que los designios de Dios para sus hijos siguen su camino perfecto, que nunca cambia, que siempre está esperando un corazón arrepentido en forma sincera para perdonar, justificar y santificar.

En definitiva si el señor (nosotros) comienza a tocar una música distinta a la sinfonía compuesta para él, “habrá disonancia en la casa pero no en la academia de música”, esto es el señor (nosotros) en su “Libre Albedrío” decide ir por otro camino; es decir Dios ya eligió cual es el camino para nosotros y nos lo muestra, pero somos nosotros los que elegimos seguirlo o no, somos nosotros los que decidimos obedecer la voz del Señor.

Con la oración pasa algo similar al ejemplo del violinista amateur:

Si oramos pidiendo al Señor que se haga lo que nosotros queremos (es decir nuestra voluntad), el Señor nos escucha, y nos escucha siempre, pero lo que hay que saber es si lo que pedimos está dentro de la voluntad de Él para nuestras vidas, cuando no coinciden nuestra voluntad con la voluntad de Él, hay disonancia (las melodías no coinciden).

Si por el contrario si nuestra oración es orientada a que se haga su voluntad en nosotros, y recibimos lo que Él tenga para nosotros con gozo y alegría habrá afinidad (es decir las melodías coinciden).

A veces también confundimos que la oración puede hacer torcer la voluntad de Dios, y como dijimos el nunca cambia, lo que puede suceder si oramos con fervor y en consonancia con los deseos del Señor es que la oración nos cambiará a nosotros.

Es importante dejar en claro que el Señor siempre escucha nuestras oraciones, la mayoría de las veces somos nosotros los que no escuchamos su voz.

Nuestras oraciones pueden tener tres tipos de respuestas, a saber:

1.- Si, lo que pedimos está en concordancia con la voluntad del Señor para nuestras vidas y es otorgado,
2.- No, lo que pedimos NO está en concordancia con la voluntad del Señor para nuestras vidas,
3.- Espera, aquí debemos ejercitar la paciencia y esperar.

Como corolario podemos decir que “las partituras de Dios están escritas en su Palabray orar es aprender a tocar en armonía la sinfonía que Dios creó para nosotros y hallar que nuestro corazón está en la misma sintonía con Dios.”

domingo, 2 de diciembre de 2007

Juan 3:16

Esta es la historia, como tantas otras en estos días, de un joven adolescente que no tenía horizontes para su vida, que su futuro era incierto, precario, dudoso en cuanto a su subsistencia, ya que no tenía para su sustento diario, el desamparo era su amigo más íntimo y deambulaba por las calles sin perspectivas ni probabilidades de mejorar su situación, este era el panorama:

- Había escapado de su casa ya que la relación con sus padres era pésima,
- Por lo tanto no tenía un hogar fijo,
- Dormía en las calles tapado solo con cartones,
- Cuando tenía necesidades de apaciguar sus vicios, alcohol, drogas, etc., simplemente robaba,

Así transcurría su vida, pero una noche de un frío muy intenso vio al policía, siempre que veía a un uniformado él solo escapaba, pero esta vez se acercó y le preguntó si no sabía donde podía pasar la noche, ya que el frío penetraba en sus huesos y no quería estar con el cielo como techo y tapado solo con cartones.

El policía amablemente le dijo: baja por esta calle dos cuadras y golpea en la casa que tiene paredes pintadas de blanco, cuando abran solo di: Juan 3:16,

El muchacho no entendió demasiado, pero nada tenía para perder, así que se dirigió al lugar encomendado y golpeó la puerta de la casa, en unos instantes apareció una señora y el joven tímidamente atinó a decir: Juan 3:16, con asombro observó que la señora abrió la puerta de par en par y lo invitó a pasar.

Ya dentro de la casa, el joven sentía que su entendimiento estaba nublado ya que le costaba creer lo que estaba pasando pero reflexionó dentro de su ser que Juan 3:16 te puede dar refugio cuando estás perdido y nada tienes.

Luego la señora lo invitó a compartir su mesa, donde había abundante comida caliente, la sorpresa del joven iba en aumento, pero pensó que Juan 3:16 te puede alimentar cuando estás hambriento.

Más tarde la señora lo llevó al baño y le preparó la bañera para que él aseara su cuerpo, el joven tomó el baño y aún seguía sin entender lo que pasaba, pero comenzó a asumir que Juan3:16 te podía limpiar cuando estabas sucio.

Luego del reparador baño la señora lo llevó a un dormitorio donde había preparado la cama con abundantes cobijas, el joven se acostó y aún cavilaba en su corazón y en su mente sobre los acontecimientos que le sobrevenían uno tras otro sin poder entender cabalmente lo que estaba sucediendo, pero ponderó íntimamente que Juan 3:16 te podía dar la tranquilidad necesaria como para abandonarte a un sueño reparador.

A la mañana siguiente la señora llevó al joven hasta el hogar ya que el frío seguía siendo intenso, y mientras observaban tras la ventana que la inclemencia del tiempo iba en aumento el joven se atrevió a preguntar a esta buena señora el por qué ella lo había acogido en su hogar si él era un vagabundo sin destino, que él nunca había hecho nada bueno por nadie y sin embargo ella lo había recibido sin cuestionamientos de ninguna naturaleza, la señora acarició la cabeza del joven con amor maternal y dijo:

“Hijo mío, si bien tu viniste a esta casa cuando te hallabas perdido y sin rumbo fijo, tu corazón buscaba la vida que solo puede darte una persona y tú sin saberlo quizás, la invocaste al llegar aquí”

El joven algo turbado su entendimiento preguntó:
¿Cómo hice eso yo?

La señora respondió:
“Busca dentro de tu corazón y dime que representa la frase que tú dijiste al llegar a esta casa”

El joven dejó madurar en su interior la respuesta, la buscó con ansia infinita ya que sentía que esa señora merecía todo su reconocimiento y no quería fallar en su contestación, así es como dijo:
Querida señora, si bien no entiendo con precisión que quiere decir Juan 3:16 puedo afirmar con entusiasmo lo siguiente, Juan 3:16 puede:

- Ser tu refugio en los momentos más difíciles de tu vida,
- Alimentarte cuando tienes hambre,
- Limpiarte cuando estás sucio,
- Apacentarte cuando más lo necesitas,
- Tratarte como a un hijo cuando muchos te han abandonado o se han olvidado de ti.

Igual que el joven a veces nosotros no alcanzamos a entender la magnitud del sacrificio perfecto realizado en la Cruz, las siguientes palabras que compartiré son quizás el párrafo más leído en la historia de la humanidad:

Juan 3:16
“Por que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”

Más allá que cada uno de nosotros podemos invocar y fundamentar infinidad de razones por las cuales el Señor está con nosotros, digo que es necesario tener en cuenta algo vital en la vida de todo creyente, lo mismo es:

Ro 10:9-10
09”Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”
10”Por que con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”

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