Quizás por la vorágine y turbulencia en la cual nos toca en suerte encaminar nuestra existencia en este tiempo, es que ni siquiera nos detenemos a realizarnos algunas reflexiones, posibles interrogantes cuyas respuestas pueden traer tranquilidad o impaciencia, se me ocurren un par de cuestiones:
- Alguna vez nos preguntamos que es la felicidad?
- Más aún, alguna vez nos preguntamos si somos felices?
Probablemente a la primera inquisición la respuesta puede venir en forma material, es decir, la respuesta sea fundada conforme a las obtenciones materiales logradas a través de la vida,
Bueno pues...... la felicidad puede ser........ tener una buena casa, un buen auto, un buen pasar económico, estar tranquilo en cuanto a la educación de los hijos, tener cubierta la parte social, la parte salud, y quizás un sinfín más de materialidades.
Ya con la segunda pregunta la cosa se puede poner un poco más difícil y aquí tal vez jueguen un poco mas los sentimientos como ser, amo a mi esposa/o y me siento amado/a por ella/el, amo a mis hijos, incluso se puede ir un poco más allá diciendo me siento cómodo con lo que hago, con mi trabajo, por supuesto además de la cantidad de cosas materiales que se posean.
Obviamente que la lista puede ser muchísimo más extensa pero en rigor de la síntesis, haremos un corte con las respuestas al tema planteado y no digo de ninguna manera que el tema esbozado se agote simplemente en las respuestas mencionadas a modo de ejemplo.
El punto es, con una mano en el corazón:
- Te hiciste estas preguntas?
- Realmente te las hiciste?
- Si esto es así, cuál fue la respuesta?
- Tienes realmente una respuesta?
No era una pregunta prioritaria en mi vida, solo por que no se me había ocurrido, no me había detenido a responderme con minuciosidad estas cuestiones, pero en el día de ayer escuche al Dr. Luís Palau reflexionar sobre este tema y no es que vaya a parafrasearlo, pero si me quedaron muy firmemente fijados tres conceptos que él volcó y los mismo son:
Primero:
Sentirse libre de la carga del pecado en la vida; Cuando uno practica el pecado es esclavo del mismo y el Señor Jesucristo entregó su sangre por nuestra redención y nos hizo libres del mismo.
Ef 1:7
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia”
Segundo:
Sentir que el Espíritu Santo habita dentro de nosotros; El Espíritu Santo es nuestro guía, nuestro consolador, aquel que no nos abandona en los momentos de problemas, de dificultades, de crisis, de conflicto, etc.
Ap 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”
Tercero:
Estar seguro que el Señor nos regala la vida eterna junto a Él; Esto es decir que pasaremos toda la eternidad en su presencia, gozando de sus bendiciones y del amor sin límites que tiene por su creación (es decir por nosotros).
Jn 5:24
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
En realidad no tenía en mente escribir un mensaje como este, pero al escuchar las palabras del Dr. Luís Palau y la simpleza con que elaboró toda la conferencia no pude más que compartirlo y desear que las bendiciones del Señor sobreabunden en la vida de todos.
- Alguna vez nos preguntamos que es la felicidad?
- Más aún, alguna vez nos preguntamos si somos felices?
Probablemente a la primera inquisición la respuesta puede venir en forma material, es decir, la respuesta sea fundada conforme a las obtenciones materiales logradas a través de la vida,
Bueno pues...... la felicidad puede ser........ tener una buena casa, un buen auto, un buen pasar económico, estar tranquilo en cuanto a la educación de los hijos, tener cubierta la parte social, la parte salud, y quizás un sinfín más de materialidades.
Ya con la segunda pregunta la cosa se puede poner un poco más difícil y aquí tal vez jueguen un poco mas los sentimientos como ser, amo a mi esposa/o y me siento amado/a por ella/el, amo a mis hijos, incluso se puede ir un poco más allá diciendo me siento cómodo con lo que hago, con mi trabajo, por supuesto además de la cantidad de cosas materiales que se posean.
Obviamente que la lista puede ser muchísimo más extensa pero en rigor de la síntesis, haremos un corte con las respuestas al tema planteado y no digo de ninguna manera que el tema esbozado se agote simplemente en las respuestas mencionadas a modo de ejemplo.
El punto es, con una mano en el corazón:
- Te hiciste estas preguntas?
- Realmente te las hiciste?
- Si esto es así, cuál fue la respuesta?
- Tienes realmente una respuesta?
No era una pregunta prioritaria en mi vida, solo por que no se me había ocurrido, no me había detenido a responderme con minuciosidad estas cuestiones, pero en el día de ayer escuche al Dr. Luís Palau reflexionar sobre este tema y no es que vaya a parafrasearlo, pero si me quedaron muy firmemente fijados tres conceptos que él volcó y los mismo son:
Primero:
Sentirse libre de la carga del pecado en la vida; Cuando uno practica el pecado es esclavo del mismo y el Señor Jesucristo entregó su sangre por nuestra redención y nos hizo libres del mismo.
Ef 1:7
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia”
Segundo:
Sentir que el Espíritu Santo habita dentro de nosotros; El Espíritu Santo es nuestro guía, nuestro consolador, aquel que no nos abandona en los momentos de problemas, de dificultades, de crisis, de conflicto, etc.
Ap 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”
Tercero:
Estar seguro que el Señor nos regala la vida eterna junto a Él; Esto es decir que pasaremos toda la eternidad en su presencia, gozando de sus bendiciones y del amor sin límites que tiene por su creación (es decir por nosotros).
Jn 5:24
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
En realidad no tenía en mente escribir un mensaje como este, pero al escuchar las palabras del Dr. Luís Palau y la simpleza con que elaboró toda la conferencia no pude más que compartirlo y desear que las bendiciones del Señor sobreabunden en la vida de todos.